Perdóname por todo lo que puedo yo misma sujetarme; sujetarme para no ir a ti, mi señor.
Perdóname por todo lo que puedo retener aún siendo tuyo; todo lo que puedo quebrantar, doblegar, vencer.
Perdóname por echar siete llaves a mi alma y no contestar cuando llamas a mi puerta. Perdóname por vencer mi cuerpo, perdóname... Por poder más que tú y más que yo.
Perdóname por ser fuerte. No hubiera querido serlo tanto...; pero ya que lo soy, tengo que serlo.
Jacob luchó con el ángel toda una noche, pero yo he luchado toda una vida y aún no he visto el rostro del ángel ensangrentado que a mis plantas yace.