Oscar Martínez

Ramito de mi corazón

Naranjita, naranjita
¿por qué llora?
Porque tengo que llorar.
Anoche pasó mi novia
y no me quiso saludar.
Los pañuelos de mi novia
no se lavan con jabón,
se lavan con agüita
de sangre de mi corazón.

Víctor Jara

Se corta un manojo de tila para la ausencia,
vacío de angustia ese que oprime el estómago
con ardoroso desazón,
junto al fogón se tararea una canción
que al alma llegue con premura;
y quiebre la tristeza de los huesos,
que permita transmutar lágrimas
a gotas de remedio, vaciarse de melancolía.
 
Para el doloroso desconcierto
                Infusión de manzanilla
                          compañía a dosis diarias de poesía
 
Llénese el pocillo con chocolate amargo de ruda,
cauterice con un trago los recuerdos sabor a hiel.
Una las arrugas de sus manos con retazos,
hojas de damiana y puñitos de besos
regalados al aire, dulzor de miel.
 
Fragante ramillete; flor de la pasión
                que adormezca mis sentidos
                     y abrace el negro de tus ojos en mis sueños
 
Agregue un trocito de yerbabuena en flor, con su frescura
arropando el alma, cicatrizando heridas viejas de arrebol;
uno que otro día se cortan dos que tres flores,
candor de cincollagas para adormecer
el entuerto de la ausencia.
 
Cueza salvoconducto de caléndula que desinflame,
que cicatrice esa ausencia, tormento de los vivos.
 
Quiero verme florecer,
                                en ramitos
                                          sangre
                                                     de mi corazón.

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