¿Qué le hiciste a mis manos?
Despierto envuelta en sedas sangrientas,
Desarmo la escena del crimen
y limpio
la ceniza en mis pestañas.
Me estremezco ante el recuerdo ensangrentado
y en el reflejo me pregunto a mí misma:
¿Qué me hiciste? ¿Qué le hiciste a mis manos?
¿Qué le hiciste a mis manos, ennegrecidas por el viento,
Enmohecidas esclavas
de un Infierno poco atento?
¿Qué le hiciste a mis manos? ¿Qué les hiciste en mi ausencia?
Yo que tanto solía confiar en mi maldita ceguera,
¿Qué precio debo pagar para que me devuelvas
con mis manos mi tiempo?
Sin mis manos he quedado tieso,
Con mis manos he perdido el sueño
Lo he perdido todo, y en absoluto
Como quien llora desnudo frente al lienzo.
Bato mis alas y me baño en ceniza:
Me escabullo entre tu minúscula hombría
Te ruego expectante, ahogando el susurro.
En mi garganta dolorida
Recorro escombros donde mis alas reposan dormidas
Sobre la mesa, desnuda, se halla mi poesía.
Tiemblo al oír el murmullo del paso que se aproxima
Y como un cuerpo acostumbrado a la herida
Añoro distancia y silencio profundo
Y en el reflejo, temblando, me pregunto.
