DÉJAME VIVIR
Mira este animal,
fluye en la galaxia de lo desconsolado,
gira gelatinoso
horneando el universo,
un corazón de antimateria
lo atraviesa
acompasando la noche
con ojos de flor de almendro
y cuerpo de riachuelo,
soy este animal
que discurre
entre tu alma de máscara
y el cielo.
Mira este animal
en medio de la tersura;
se confunde con la viña
que no habita nadie
tras el último rayo de sol de la tarde.
Mira la hierba en sus ojos de gato;
poda y rastrojos que no queman,
vida que no se ahuyenta,
que permanece
bajo el signo superior de las estrellas.
Mira este animal,
es un calendario de carne fría
perdiendo sus hojas
en el rastro del tiempo,
en sus parpados corren latas afiladas,
poemas aún no pensados,
nunca escritos.
Dame tu calor,
discurre temprano
lo que nadie sabe,
lo que sin saberlo,
ya se ha escrito en mí.
Déjales ser, expandirse
en ese color desconocido,
déjame ser,
convertirme en ese animal
que bajo la corteza
de una piel efímera,
soy.
© Maria Luisa Arenzana Magaña
