*Ciguapa. Cierto tipo de aves de rapiña, en España. La tradición dominicana las convierte en silvestres criaturas medio divinas-medio infernales, generalmente hermosas, con figura de mujer, y con los pies torcidos hacia atrás. (N. del A.)
Para nosotros la sal y la alegría, la sonrisa entre los pómulos ciego… el endonarnos la risa y el ahora..… y sentirnos los dueños del concierto,
Filosofan tres “amigos” en: “¿Dónde está la razón?”, y se sientan frente a frente el perro, el gato, el ratón... “La razón...” –principia el perro,
Tanto como las palabras o las emociones –o el impetuoso incendio del espíritu–, la paciencia es ente primordial en la creación trascendente: la que queda en vigencia permanente y ven...
Fuga o terrenal esencia. Una llave es como una espada que se nos clava en el pecho. Vértigos da
No por azar nos revelamos el tercer planeta. (Valga la brevedad
La poesía de Leopoldo Minaya es la expresión de un espíritu que se mueve en los senderos de una corriente lírica de gran frescura y lozanía. Sus versos son la sinfonía de una orqu...
Protégeme, Señor, mientras transi… por la asechanza del mundo, la carne es río olvidado de su cau… y la luz se desparrama como trigo… Mírame, Señor, que callo
La Divinidad nos constituye y nos excede. Somos divinidad por defecto y en defecto. Somos, sí; pero somos meros fragmentos de la divinidad expandida; por tanto, por razón e intuición...
Ese pacto final entre las luces y el ojo, el órgano impaciente, raíz del ver (¡el mundo, multitude… ¿de qué vale? Al fin nunca podemos
Hablaré con sencillez y con humildad, sin pretender que los conceptos vertidos sean absolutos o necesiten imponerse a los demás. Seré claro; la oscuridad se allega más a la velación ...
Señor, no me reprendas en tu cóler… no me censures en tu furia; favoréceme, en cambio, que estoy d… heme aquí confundido, mi alma aver… Hasta cuándo, mi Dios, pregunto y…
Habla el árbol. Absoluto, se expresa en su lengua vegetal. Imponente se alza el árbol
Yo, que no tuve nada... un hombre… el mineral que abona los caminos, arrebol trastornado, sementado: escribo. Yo, que no tuve nada... ¡Oh alaba…
Y si retorno, dolorido, ¿qué tú me dirás? ¿Qué cosa llevaría —dolor, desdén, templanza o alegrí… tu boca a los despojos de mi fe? Y si retorno, dolorido, ¿qué
A mis súplicas fervientes presta o… y al suave musitar de mis plegaria… Escucha mis suspiros, mi clamor, y… ¡oh Rey mío y Señor mío, oh Dios!