Este rostro alargado, con un dejo de augusta ensoñación y diligente tristeza, cicatriz fija en la fren… (así lo empiezo a ver sobre el esp… este rostro lampiño que bosquejo

Fuga o terrenal esencia. Una llave es como una espada que se nos clava en el pecho. Vértigos da

¿Dónde están las espadas de aserrí… y el amplio abrazo de la soledad? ¿Dónde están las espadas? Buidas en sus lechos (el haz con que me anulas,

El conjunto de poemas que José Alejandro Peña presenta en este libro Suicidio en el país de las magnolias es una continuación en el tiempo de un oficio que desde el primer mom...

Hurgándote en la tibieza de un grueso microscopio sacándote

Yo fundaré una ciudad para tus ojo… porque la veas en su raudo movimie… una ciudad no de un siglo, sino solar, eterna como la duración de los abrazos...

Dijo mi padre: “Hay hombres noble… le dan el alma con la sonrisa a cada prójimo, y la existencia la llenan toda de poesía”. Dijo mi padre: “Y hay hombres hos…

A quienes gentilmente se han tomado la molestia de colmar este salón con el propósito de escucharme proferir algunas impresiones en torno a la poesía redonda, límpida y feliz d...

¿Algo es verdad o es mentira? ¿Algo es Razón de razones? ¡Hable quien hable se expresan solo simples opiniones! Lo dijo el rey, y lo dijo

Bóveda, extensión, cerrado azul, poderosa explosión de lo mirado, fuerza de la inmanencia, fuerza ap… ¡tú que emerges, que empujas, que… ¡Yo en mi centro rendido, yo en mí…

«Si el hombre sabio despega el labio, el necio ha huido con el oído. «El hombre necio

«No es lo mismo —decía el maestro, a ton de chanza o sentencia, presente la mínima ocasión– sin César

Callad, callad ante el peso de la luz, expansión que palpita en lo oculto… Dios no se dice, se tiembla en su sombra,

Señor, no me reprendas en tu cóler… no me censures en tu furia; favoréceme, en cambio, que estoy d… heme aquí confundido, mi alma aver… Hasta cuándo, mi Dios, pregunto y…