POEMA DE LA SAL Y LA ALEGRÍA
Para nosotros la sal y la alegría,
la sonrisa entre los pómulos ciegos;
el endonarnos la risa y el ahora...
y sentirnos los dueños
del concierto,
en voluntad de arenas
y de sueños...
... Y yo aprendía en silencio a tararear tu música.
Solemne bocaquiusa:
prefiero al ojo abierto el párpado cerrado;
adentro auscultar la altura de las cosas...
A cambio de corazón
doy las mañanas,
a ritmo de corazón danza mi pie.
Por la sal,
la alegría,
el hidromiel...
me entrego,
pervivo. Persistamos
por siempre en el amor.