Huyeron las golondrinas
de tus alegres balcones;
ya en la selva no hay canciones
sino lluvias y neblinas.
Me da el pesar sus espinas
sólo porque a otras regiones
huyeron las golondrinas
de tus alegres balcones.
Insondables aflicciones
se posan entre las ruinas
de mis ya muertas pasiones.
¡ay, que con las golondrinas
huyeron mis ilusiones!