#Colombianos
Yo vivo encadenado a tu hermosura, lo mismo que a su roca, Prometeo; sin poder quebrantar la ligadura que me une a ti... por más que for… ¿De qué delito bárbaro fui reo,
¡Ay! ¿Cómo quieres que tu madre e… en este mundo bienhechora calma, si le desgarras, al nacer, el vien… y le desgarras, al morir, el alma? ¡Y esa madre infeliz, cómo a porfí…
Una montaña de oro vi en horizonte lejano; corrí tras ella...: mi mano tendí, y era aquel tesoro un arrebol de verano.
¿Eres un imposible? ¿Una quimera? ¿Un sueño hecho carne, hermosa y v… ¿Una explosión de luz? Responde e… maga en quien encarnó la primavera… Tu frente es lirio, tu pupila hogu…
Azul... azul... azul estaba el cie… El hálito quemaste del estío comenzaba a dorar el terciopelo del prado, en donde se remansa el… A lo lejos, el humo de un bohío,
Y llegué a mi aposento. De la org… vibraba aún, en mi cerebro ardient… la estruendosa y horrenda algarabí… Y con el alma sorda y con la frent… en sudor copiosísimo empapada,
¿Me quieres?... ¡Que tu acento me… ante aquel sol que muere en el oca… Tú, que mitigas mi pesar... ¡mitig… esta fiebre voraz en que me abraso… Tembló su labio y balbució: ¡Lo j…
Oye la historia que contóme un día el viejo enterrador de la comarca: era un amante a quien por suerte i… su dulce bien le arrebató la parca… Todas las noches iba al cementerio
Huyeron las golondrinas de tus alegres balcones; ya en la selva no hay canciones sino lluvias y neblinas. Me da el pesar sus espinas
Tañe Orfeo su cítara y avanza con pie seguro hacia el remoto ori… canta y su voz desbórdase en torre… de fe y amor, de vida y esperanza. Camina... y la brumosa lontananza
—¿La luz más refulgente? —Está en tus ojos. —¿La mayor alegría? —En tu presencia. —¿La miel más dulce?
Mariposa te llaman, no por hermosa sino porque te cubres con ricas ga… tú bien sabes que es siempre la ma… un gusano con alas.
Dicen que los poetas se convierten en astros cuando la muerte fría viene a apagar sus melodiosos cant… Cuántas noches, mirando a las estr…
¡La campiña! Sobre el césped del cortijo va la… tierna, rubia, frágil, blanca; —bajo el brazo la muñeca de cartón rosada y hueca—
De noche, bajo el cielo desolado, pienso en tu amor y pienso en tu a… y miro, en mi interior, deshecho e… que te alcé como a un ídolo sagrad… Al ver mi porvenir despedazado