Filis, ingrata Filis,
tu paloma te enseña;
ejemplo en ella toma
de amor y de inocencia.
Mira cómo a tu gusto
responde, cómo deja
gozosa, si la llamas,
por ti sus compañeras.
¿Tu seno y tus halagos
olvida, aunque severa
la arrojes de la falda,
negándote a sus quejas?
No, Fili; que aun entonces,
si intento detenerla,
mi mano fiel esquiva
y a ti amorosa vuela.
¡Con cuánto suave arrullo
te ablanda! ¡Cómo emplea
solícita sus ruegos,
y en giros mil te cerca!
¡Ah crédula avecilla!
En vano, en vano anhelas;
que son para tu dueño
agravio las finezas.
Pues ¿qué cuando en la palma
el trigo le presentas,
y al punto de picarlo,
burlándote la cierras?
¡Cuán poco del engaño,
incauta, se recela,
y pica, aunque vacía,
la mano que le muestras!
¡Qué fácil se entretiene!
Un beso le consuela;
siempre festiva arrulla,
siempre amorosa juega.
Su ejemplo, Filis, toma,
pero conmigo empieza,
y repitamos juntos
lo que a su lado aprendas.