Juan Meléndez Valdés

Letrilla la flor del zurguén

Venid, avecillas,
   venid a tomar
   de mi zagaleja
   lección de cantar.
 
Venid; de sus labios,
do la suavidad
suspira entre rosas
y miel y azahar,
 
la alegre alborada
canoras llevad,
para cuando el día
comience a rayar.
   Venid, avecillas,
   venid a tomar
   de mi zagaleja
   lección de cantar.
 
Con vuestros piquitos
dulces remedad
sus juegos alegres,
su tono y compás,
 
las fugas y vueltas
con que enajenar
de amor logra a cuantos
oyéndola están.
   Venid, avecillas,
   venid a tomar
   de mi zagaleja
   lección de cantar.
 
Seguid su elevado
y ardiente trinar,
o el desfallecido
blando suspirar,
 
que el alma penetra
de dulzura tal,
que en pos de sus ayes
se quiere exhalar.
   Venid, avecillas,
   venid a tomar
   de mi zagaleja
   lección de cantar.
 
Yo, que lo he sentido,
no alcanzo a explicar
cuál mueve y encanta
su voz celestial.
 
Venidlo, vosotras,
venidlo a probar,
por más que su gracia
tengáis que envidiar.
   Venid, avecillas,
   venid a tomar
   de mi zagaleja
   lección de cantar.
 
Venid, parlerillas;
no dejéis pasar
la ocasión dichosa,
pues cantando está.
 
Venid revolando;
que no ha de cesar
su voz regalada
con vuestro llegar.
   Venid, avecillas,
   venid a tomar
   de mi zagaleja
   lección de cantar.
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