Letrilla la flor del zurguén
Venid, avecillas,
venid a tomar
de mi zagaleja
lección de cantar.
Venid; de sus labios,
do la suavidad
suspira entre rosas
y miel y azahar,
la alegre alborada
canoras llevad,
para cuando el día
comience a rayar.
Venid, avecillas,
venid a tomar
de mi zagaleja
lección de cantar.
Con vuestros piquitos
dulces remedad
sus juegos alegres,
su tono y compás,
las fugas y vueltas
con que enajenar
de amor logra a cuantos
oyéndola están.
Venid, avecillas,
venid a tomar
de mi zagaleja
lección de cantar.
Seguid su elevado
y ardiente trinar,
o el desfallecido
blando suspirar,
que el alma penetra
de dulzura tal,
que en pos de sus ayes
se quiere exhalar.
Venid, avecillas,
venid a tomar
de mi zagaleja
lección de cantar.
Yo, que lo he sentido,
no alcanzo a explicar
cuál mueve y encanta
su voz celestial.
Venidlo, vosotras,
venidlo a probar,
por más que su gracia
tengáis que envidiar.
Venid, avecillas,
venid a tomar
de mi zagaleja
lección de cantar.
Venid, parlerillas;
no dejéis pasar
la ocasión dichosa,
pues cantando está.
Venid revolando;
que no ha de cesar
su voz regalada
con vuestro llegar.
Venid, avecillas,
venid a tomar
de mi zagaleja
lección de cantar.