Para una persona que odia el mundo, conmoverse es muy fácil, ví hoy, por ejemplo, un nido de colibrí en medio del peor lugar del mundo, no digo peor porque sea feo, horrible, asqueroso, lo de peor se debe a qué pasa todo el tiempo gente pensando en sí misma, con el afán que le exigen los días para no notar los pequeños detalles que ofrece la vida.
Digo peor porque si yo fuese ese colibrí quisiera estar en cualquier otro lugar, y no en medio de dos tiendas por toda la 45, no en esta ciudad, no en esta avenida. Por donde se vea hay cemento, gente quejándose, gente a la que no le importa la otra gente.
Si yo pudiese le diría a esa colibrí, que además tenía una cría, porque la ví alimentándola, que se venga a vivir conmigo, vivo al lado de un bosque, el aire es limpio; le diría que le ayudó
a construir su nido pero que me acoja en él.
En ocasiones, yo tampoco quisiera vivir en esta ciudad, en esta avenida, en esta vida.