Atisbo de esperanza
Ojalá sintamos que el mundo puede ser un lugar mejor y así quizá podemos empezar a construirlo.
Hay días
en qué parece que hay
una esperanza remota,
de que todo puede ser mejor,
las lágrimas de felicidad
al recibir una buena noticia,
los abrazos genuinos,
los besos con amor,
los bailes en medio del camino,
el canto de los pajaritos,
la comprensión de las personas.
Hay días
en que esa esperanza
se mete profundo en las entrañas
y nos extraña que el mundo
sea simplemente esta hostilidad
diaria y cotidiana.