Isabella

Tejer

Tejer en colectivo desde el amor hasta la culpa.

La culpa se va tejiendo en hilitos
pequeños y finos,
y crece el tejido,
cómo si fuese telaraña.
 
La araña no entiende
en qué momento es tan grande
su telaraña,
se enreda y huye.
 
Con la huida vienen miles
de pensamientos,
de angustia,
de miedo
 
y siempre de culpa.
 
Sin embargo y como consuelo,
la araña entiende que ella sola
no ha tejido su inmensa telaraña,
llegan otros bichitos
y tejen y tejen,
 
es una culpa repartida
en miles de ojos y patas.

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