Fueron a cazar guitarras, bajo la luna llena. Y trajeron ésta, pálida, fina, esbelta, ojos de inagotable mulata,

No sé. Lo ignoro. Desconozco todo el tiempo que andu… Sin encontrarla nuevamente. ¿Tal vez un siglo? Acaso. Acaso un poco menos: noventa y nue…

La tarde abandonada gime deshecha… Del cielo caen recuerdos y entran… Duros suspiros rotos, quimeras las… Lentamente va viniendo tu cuerpo. Llegan tus manos en su órbita

Como un puñal, como un arpón, el banderón americano en tu costado de carbón. Sucio de sangre el banderón. Un yanqui allí, látigo en mano.

¿Po qué te pone tan brabo, cuando te dicen negro bembón, si tiene la boca santa, negro bembóm? Bembón así como ere

Como el conocido señor Jourdain, que a los cuarenta años aprende de su profesor de filosofía que ha estado hablando en prosa sin saberlo, bien pudiera decirse que no pocos prosistas, y ...

Quisiera hacer un verso que tuviera ritmo de Primavera; que fuera como una fina mariposa rara,

¡Ay, pobre doña María, ella que no sabe nada! Su hijo, el de la piel manchada, a sueldo en la policía. Ayer, taimado y sutil,

Monsieur Dupont te llama inculto, porque ignoras cuál era el nieto preferido de Víctor Hugo. Herr Müller se ha puesto a gritar… porque no sabes el día

Te vi al pasar, una tarde, ébano, y te saludé; duro entre todos los troncos, duro entre todos los troncos, tu corazón recordé.

La lluvia, el cielo gris. Pas de téléphone lejos de ti. (Me duele el corazón). ¿ Qué hacer para saber

La chiquita que yo tengo tan negra como e, no la cambio po ninguna, po ninguna otra mujé. Ella laba, plancha, cose,

Mendoza la bien sembrada, ciudad de luz y arboleda, en roca viva engastada... Amor de Marianetti, el Señor

La flauta gemía su melancolía. La flauta decía: no hay pena tan grande cual la pen… La flauta gemía

Cuando me veo y toco yo, Juan sin Nada no más ayer, y hoy Juan con Todo, y hoy con todo, vuelvo los ojos, miro,