Eodig

Últimas llamas

Abandonaba el humo a la llama
Y engañándola, su esencia se escapaba
Arrepentida del dolor
Que a ese hombre le causaba
Tanto odio como ardor
 
Una danza exasperante
Sobre el piso parquet
Bautizaba en la sala
A un hombre condenado
 
 
Deshojado entre las llamas
Ahogándose en sus gritos
A un dios le suplicó
Que se apiade de sus huesos
Que conserve el corazón
 
En silencio  solo el fuego,
De a poco se durmió
Como el alma de ese hombre
Que sufriendo dijo adiós.

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