Eodig

La muda que me persigue

¿Por qué no habla más?
Ni una palabra se escapa de su boca, ¿Por qué?
Será un castigo o una nueva tradición.
 
Luego de unos días,
En sus ojos su alma brillaba aún más,
Su silencio la hizo tan pura, tan eterna.
 
Supongo que su voz, no la volveré a escuchar,
Todo ha sido un misterio.
 
Querida, le has dejado todo,  a tu mirada,
Sacrificaste las palabras, las dejaste, todas en mí,
 
Dime  entonces, si es que extraño tu sonido, o me he convertido en él.
 
Aún sigo con intriga, aún con ella.

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