Descalza en el umbral de la mañana
naces de un fondo de amapolas rotas
y de ti misma convertida brotas
en geranio, en naranja y en manzana.
La dulcísima brisa una ventana
abre al sahumerio de las bergamotas.
Tú, inocente del iris en que flotas
te embriagas de la rosa más lejana.
Pescados rojos, islas de verano
y cifras de calor se dan la mano
en arenas de luz y olas henchidas.
Y un desperezo lento de palmeras
riza en tornasoladas primaveras
la canción de coral en que te olvidas.