Emilio Ballagas

Fuente colonial

No lloréis más, delfines de la fuente,
sobre la taza gris de piedra vieja.
No mojéis más del musgo la madeja
oscura, verdinegra y persistente.
 
Haced de cauda y cauda sonriente
la agraciada corola en que el sol deja
la última gota de su miel bermeja
cuando se acuesta herido en el poniente.
 
Dejad a los golosos pececillos
apresurar doradas cabriolas
o dibujar efímeros anillos.
 
Y a las estrellas reflejadas no las
borréis cuando traducen de los grillos
el coro en mudas, luminosas violas.
Preferido o celebrado por...
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