Emilio Ballagas

Delicia amanecida

Te siento respirar sobre mi hombro
y el río de tu aliento me desnuda;
casta te abrazas a mi estatua muda
mientras de besos tu nocturno alfombro.
 
Asoma el alba su rosado asombro
y la última estrella aún tiembla y duda
cuando toda mi sangre te saluda
y por tu nombre cálido te nombro.
 
¡Oh! Despertar en prisa consumido
por entregar a la mirada mía
lo que mi tacto pierde con el día.
 
Y confirmar el goce presentido
tan sólo por los ojos del contacto
que te soñaban de un moreno exacto.
Preferido o celebrado por...
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