Padre nuestro que estás en la tierra,
en los ríos, en los cerros y en la selva,
santificado sea tu nombre indígena,
venga a nosotros tu reino de justicia.
Hágase tu voluntad de igualdad,
en las ciudades como en los pueblos.
Danos hoy el pan de la dignidad,
y el maíz sagrado de nuestros abuelos.
Perdona nuestras deudas con la Pachamama,
como nosotros perdonamos a quienes nos explotan.
No nos dejes caer en la tentación del olvido,
y líbranos del mal de la indiferencia.
Porque tuyo es el reino de los ancestros,
el poder de la naturaleza,
y la gloria de nuestra cultura,
por los siglos de los siglos.
Taita Inti, así sea.