Mi pluma canta alegre sobre el blanco lienzo,
bordando melodías con tinta y emoción,
susurra entre las hojas un mundo tan intenso,
que todo se transforma en pura inspiración.
La risa va danzando en ritmos musicales,
y cada verso es eco de un sueño universal,
se alzan las palabras como mágicos portales,
guiándome en el viaje de un canto celestial.
Oh, fiel compañero, mi refugio eterno,
en ti se enciende el fuego de mi fantasía,
y en cada letra vive un corazón fraterno,
mi cuadernillo es la luz de mi melancolía.
——
En hojas tersas de cálida nobleza,
se guarda el alma en su frágil prisión,
tinta serena, de mi fiel confesión,
sangre en palabras, de etérea pureza.
Allí reposa mi verbo en su alteza,
eco perenne de íntima emoción,
y en cada página vibra el corazón,
como un susurro de eterna fortaleza.
No hay vana sombra en mi lenta jornada,
pues cada verso es un faro encendido,
luz de mi espíritu, llama sagrada.
Eres transito mi duelo escondido,
mi cuaderno: morada inmaculada,
donde el silencio se torna sentido.