“La poesía regresa cansada a casa”
La poesía regresa cansada a casa,
Sus pasos lentos, su mirada perdida.
Ha recorrido caminos sin tregua,
Buscando la inspiración que la cobije.
Trae consigo el polvo de los senderos,
Los ecos de voces que la interpelaron.
Heridas en el alma, marcas de la lucha,
Intentos fallidos de hallar su verdad.
Agotada, se deja caer en el sillón,
Su pecho subiendo y bajando con fatiga.
¿Dónde está la chispa que la solía animar?
¿Dónde el fuego que daba vida a sus versos?
Humedece sus labios con un sorbo de agua,
Tratando de recuperar el aliento perdido.
Evoca los días en que fluía con vigor,
Cuando la palabra era su más fiel compañera.
Pero ahora siente que la inspiración se aleja,
Que las musas la han abandonado a su suerte.
Y un dejo de amargura tiñe su mirada,
Mientras se pregunta si volverá a ser la de antes.
Lentamente, una pequeña llama se reaviva,
Danzando entre las sombras de su desolación.
Es la certeza de que el poema late aún en su interior,
Aguardando el momento de volver a la acción.
Con renovada esperanza, la poesía se incorpora,
Dispuesta a emprender de nuevo la búsqueda.
Porque sabe que, en algún rincón del mundo,
Aguarda su verdadera esencia, su razón de ser.
