Pequeñas estrellas danzantes,
escriben con luz en la noche.
Sus destellos, tinta efímera,
trazan versos en el aire.
Cada parpadeo, una palabra,
cada vuelo, una frase suave.
La oscuridad, su pergamino,
donde sus secretos se expanden.
Mensajes de amor fosforescentes,
se entrelazan con la brisa.
Códigos de luz intermitente,
narran historias sin prisa.
En el silencio del bosque,
sus cartas brillan fugaces.
Poemas de luz y sombra,
que solo la noche comprende.
Las luciérnagas, poetisas aladas,
iluminan el alma del mundo.
Su carta, un canto a la vida,
que resplandece en lo profundo.