Mi sangre es como un río que me trae paisajes reflejados y borrados, paisajes de otras riberas que nunca vi.
Es como un río largo y misterioso que yo me siento correr por dentro, y cuyo nombre ignoro todavía.
Viene desde una hondura tan remota, que tengo miedo de asomarme a ella. Va no sé dónde... Y mientras, como un río pasa arrastrando arenas, flores, restos de mí misma, prisionera en un cauce sin sentido.