Cruz María Salmerón Acosta

Poema de la espera de la muerte

Cuando a mi lecho por la vez primera
la triste muerte se acercó enlutada,
con suplicante voz le dije ¡espera!
me ha prometido un beso mi adorada.
 
Deja, importuna, que amanezca el día,
irme no quiero con la noche obscura.
Espera unos instantes todavía,
que un beso nada más tan poco dura.
 
Y la enlutada, pálida y hermosa
por mi súplica amante, conmovida,
se alejó de mis labios y piadosa,
como esperanza me dejó la vida.
 
No quiero lauros, nada más un beso.
Ni prendas, ni tesoro codiciado,
quiero sentirme entre tus brazos preso
y más tarde yo diré, adiós, estoy pagado
 
Todas las flores tienen un rocío,
todos lo años tienen primavera,
déjame a solas con el sueño mío,
¡Oh, muerte!, buena amiga, espera.
 
Pasan los meses tristes y pausados.
El dulce beso a mi cariño, niega;
y pensando en los labios dorados
le pregunto a la muerte, ¡cuándo llega!
Préféré par...
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