Me gusta perderme en las luces de la Luna
y oírte respirar con toda tu piedad de sombra blanca.
Cuando ya no me interese el mundo, cuando ya no tenga ganas,
tu brillo de sueño quieto será bálsamo
y mi corazón todavía salta (saltará) cuando contemple
tu cabello cano y limpio de ochenta años de niña.
Ven a esconderte en las luces conmigo,
juguemos juntos en un bosque de abetos, trineo y nieve,
resguardémonos del frío invocando al cielo rojo.
Contigo, mamá, mi mente nunca se avergüenza de sí misma,
me sé invulnerable, defendido, a salvo, real,
y el más feliz entre los ángeles si tomo tus manos.
Estar los días contigo es romper la soledad.
Si me oculto en mi celda ¿Qué significará todo
cuando te apartes de mí? Ángel de mármol
de Raffaelo da Montelupo. Valiente Caterina Sforza.
Branca Orsina con sus festones y flores enlazadas.
Dulce es el labio de una madre respirando la marea alta.
O el aire de la brisa acariciando su corazón tranquilo.
Me gusta perderme en las luces de la Luna.
Me gusta esconderme contigo en la Luna.
O dentro de tus ojos, el significado de todas las Lunas.