I
Silencio entre dos distancias,
palabras a la deriva,
ausencias en el espejo,
ella es todas y la misma.
Un átomo, una huella,
ella engendra la caída,
Y el abismo es revelado
en su sombra obsesiva
que asciende con la noche,
entre céfiros y ruinas.
II
Voces que nadie recuerda,
un hombre ante el vacío,
no tiene frio ni calor,
tan solo está dormido.
La noche en la duermevela,
lo araña como un suspiro,
los arboles inmóviles
el viento con su rugido,
acechan en el espejo,
entre nardos y latidos.
III
El combate de los cuerpos
produce una ruptura,
en el aire y en las manos
se dibuja la penumbra.
El ave tiembla de fiebre
en su canto se conjura,
una orquesta de nubes,
de cuchillos y de lunas,
¡Oh tú que todo lo incendias!
y entre silabas te ocultas.