Arturo Montes

El poeta habla de sexo con la luna.

Te regalo mi espejo inflamado,
mi collar de azucenas dormidas
o el “si quiero no quieres y me olvidas”
pero dame todo tu amor mojado.
 
Tu cintura de brazos sin sosiego
atiende solo lazos que no entiende
más yo te buscaré en la pendiente
para hacer la herida de fuego.
 
Por mi pulso de minutero herido,
por el mar colgado en los árboles,
por la risa del aire conmovido:
 
delimita tu torso de arena
y no quites ni rienda ni montura
del caballo azul de mi locura.
 
 
Sonetos del Amor Infrañero.

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