#EscritoresEspañoles
¿Cómo comer sin ti, sin la piadosa Costumbre de tus alas Que refrescan el aire y renuevan l… Sin ti, ni el pan ni el vino, Ni la vida, ni el hambre, ni el ju…
Me sorprendió el verano traicioner… Lejos de ti, lejos de mí muriendo. Junio, julio y agosto, no os entie… No sé por qué reís mientras me mue… Vengan nieve y granizo, venga ener…
Viene y se va, caliente de oleaje, Arrastrando su gracia por mi arena… Viene y se va, dejándome la pena Que, por no venir solo, aquí me tr… Viene y se va. Para tan breve via…
A trabajos forzados me condena mi corazón, del que te di la llave… No quiero yo tormento que se acabe… y de acero reclamo mi cadena. Ni concibe mi mente mayor pena
El arma que te di pronto la usaste Para herirme a traición y sangre f… Hoy te reclamo el arma, otra vez m… Y el corazón en el que la clavaste… Si en tu poder y fuerza confiaste,
Arrebátame, amor, águila esquiva, Mátame a desgarrón y a dentellada, Que tengo ya la queja amordazada Y entre tus garras la intención ca… No finjas más, no ocultes la exces…
Quizá el amor es simplemente esto: Entregar una mano a otras dos mano… Olfatear una dorada nuca Y sentir que otro cuerpo nos respo… El grito y el dolor se pierden, de…
Hay tardes en que todo Huele a enebro quemado Y a tierra prometida. Tardes en que está cerca el mar y… La voz que dice: “Ven”.
Es hora ya de levantar el vuelo, Corazón, dócil ave migratoria. Se ha terminado tu presente histor… Y otra escribe sus trazos por el c… No hay tiempo de sentir el descons…
Mientras yo te besaba Te dormiste en mis brazos. No lo olvidaré nunca. Asomaban tus dientes Entre los labios:
Aún eres mío, porque no te tuve. Cuánto tardan, sin ti, Las olas en pasar... Cuando el amor comienza, hay un mo… En que Dios se sorprende
Ahora ya sé que no vendrás, pues m… pasea su vacilante noche por las p… y la ropa puesta a secar es toda n… y una campana agujerea las horas. Ahora ya sé que no vendrás
Tú me abandonarás en primavera, cuando sangre la dicha en los gran… y el secadero, de ojos asombrados, presienta la cosecha venidera. Creerá el olivo de la carretera
Y la luna eras tú. Una luna creciente, blanca, fría. Mirabas hacia el mar y hacia las c… Que no eran yo. Y con cuánto silencio te gritaba
Cuándo tendré, por fin, la voz ser… sencillo el gesto, la ansiedad cum… sigilados los labios de la herida, mi pleamar cansada por tu arena. Cuándo mi sangre trazará en la ven…