Mientras yo te besaba
Te dormiste en mis brazos.
No lo olvidaré nunca.
Asomaban tus dientes
Entre los labios:
Fríos, distantes, otros.
Ya te habías ido.
Debajo de mi cuerpo seguía el tuyo,
Y tu boca debajo de mi boca.
Pero tu navegabas
Por mares silenciosos en los que yo no estaba.
Inmóvil y en silencio
Nadabas alejándote
Acaso para siempre...
Te abandoné en la orilla de tu sueños.
Con mi carne aún caliente
Volví a mi sitio:
También yo mío ya, distante, otro.
Recuperé el disfraz sobre la arena.
“Adiós”, te dije,
Y entré en mi propio sueño,
Mi propio sueño,
En el que tú no habitas.