Antonio Gala Velasco

Maitines

Callad, amantes, y ocupad el labio
con el beso.  No pronunciéis palabras vanas
mientras se busca vuestro corazón
en otro pecho, jadeante y pobre
como el vuestro,
ya al filo de la aurora.
 
Cuando te poseí por vez primera
tocaban a maitines
en el Convento de las Mercedarias.
La tiniebla del aire estremecieron
repentinos palomos alterados.
Titubeante el alma sonreía,
sin comprender por qué, en torno a tu cintura.
Y luego, hasta la alcoba recién inaugurada,
fueron entrando laúdes y alabanzas
que mi alma repetía con orgullo
suavemente en tu oído.
 
Callad amantes y ocupad
el labio con el beso....
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