Agustín Acosta

Valle de Yumurí

¡Valle de Yumurí...! ¡Inmenso valle mío!...
Verdor que es una ofrenda de gratitud al río:
al Yumurí risueño que te besa y fecunda,
que no es Ganges copioso o Nilo que te inunda,
sino deslizamiento de tímidas cautelas
que ha desdeñado el lento desfile de las velas,
y aún escucha el isócrono chichás de las piraguas,
ahogado en el inquieto murmullo de sus aguas.
 
Peñón sagrado, abrupto guardián de tu belleza,
la Ermita es atalaya que anuncia tu grandeza.
Desde la Cumbre, altivo balcón sobre tu alfombra,
sorprende el desafío de la luz y la sombra;
y veo cual transforma los oros del poniente
en violeta traslúcida tu niebla evanescente.
Y ya no advierte el ojo, absorto o conmovido,
si eres un valle o eres un sueño suspendido.
...
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