Somos retardatarios, corazón, no lo dudes.
La civilización nos ha roto el paisaje.
Yo, francamente, adoro la secular belleza
si quieres, corazón, un poco miserable,
de la carreta vieja que salta en los caminos,
del arado guiado por los bueyes tenaces,
del guajiro criollo guataqueando los surcos;
de todos esos gratos murmullos musicales
que en las noches del campo asedan las aristas
con que a sí misma el alma se hiere en las ciudades.
...
El bohío será recuerdo melancólico
perdido en la campestre dulzura de la tarde;
el motor explosivo desplazará al molino;
la veleta no hará piruetas en el aire.
Acaso recordemos a Don Quijote, pero
la ingeniería eléctrica no habla bien de Cervantes:
vence, conquista al mundo, habla la lengua inglesa,
aunque no quiere cuentos con Shakespeare ni con Hamlet.
Somos retardatarios, corazón, no lo dudes,
La civilización nos ha roto el paisaje.