Tres de la tarde. Aburrimiento. Flota
Suave olor de jazmines en mi estancia.
En mi mesa un león de terracota
Es frágil negación de la arrogancia.
Literaturas clásicas apenas
Logran turbar lo grato de mi ocio:
Hoy no soy acólito de Atenas,
Y olvido las injurias de beocio.
Virgilio, Homero, Píndaro... No aprecia
Mi juicio los hexámetros de Grecia,
Ni las campestres églogas latinas...
Y como en nada mi inacción se afana,
Me pongo a contemplar por la persiana
Una alegre invasión de golondrinas.