La cama se volvió más grande
y menos cómoda.
El café sobra en las mañanas.
No me despierto a media noche por el frío.
Ninguna de las cuatro paredes debate mis ideas.
Y si lo hacen, gano yo.
A veces olvido cómo suena mi propia voz.
Si cierro la ventana, permanece cerrada.
No llamaría tranquilidad a este orden.
Si estar solo me espanta,
estar con tu ausencia es el horror.