Con flechas y con enredos,
Cupido juega travieso,
lanza un dardo, yo tropiezo,
y me atrapa en sus enredos.
Si me escondo entre los credos,
si me escapo, si me ausento,
él me sigue con su aliento,
y al final de la jornada,
su risa bien calculada
me enreda en su sentimiento.
Hoy el aire huele a besos,
a suspiros y a latidos,
a promesas sin olvidos,
a susurros y embelesos.
Los amantes, tiernos presos,
van danzando en armonía,
con su amor y su alegría,
mientras Cupido, de risa,
baila y salta con su brisa
festejando este gran día.
Si el amor te ha confundido
y no sabes qué te pasa,
si te brilla más la casa
y el latido va encendido,
no es un virus, ni un descuido,
es la magia del febrero,
que en su juego lisonjero
te ha pintado la mirada,
y aunque esquives la emboscada,
serás suyo prisionero.