Contra todos los idiomas,
contra ustedes, señores sapos, trilingües y políglotas,
contra la Real Academia de la Mala Lengua,
contra el seseo español,
contra el merci, merci monsieur y el monsieur merci bien,
contra los trapos del esperanto
el latinismo y las alhajas dialectales,
y especialmente contra la mano cubista del traductor
que cambia, como el banquero,
dracmas por dinares, rupias por chelines,
dólares por dólares por dólares.
Contra la jerigonza de las aduanas
y el jeroglífico de los sellos
echaremos al mar los pasaportes
y las fronteras y las bombas todas.
Sólo en ese silencio escucharemos
el diálogo del hombre, la marea
en las costas metálicas, la flecha
que traza en el asfalto una paloma,
y el rumor de las fábricas creciendo
bajo la carpa inmensa de la aurora.
Bajo la carpa inmensa de la aurora.