Ella es el son de sus palabras
con café, zapatillas y bata.
Pasa sus ratos aquí y escribe
a veces con ilusión y ganas,
otras pasando horas con desgana.
Sin más, esta mujer boteriana
es como la inmortaliza botero,
pero no estatua ni haragana.
Mujer grande y corpulenta
de formas exageradas,
no es de bronce ni de piedra,
aunque sí descreída y limitada.
Con la razón de la sin razón
vuela libre su imaginación.
Cosecha vivencias y ensueños
dibujando huella en el tiempo.
Con sentido en el sin sentido,
vaivén de sentimientos urdidos
reflejo de ligereza o cordura
plasma momentos de vida.
Esa es ella, regia boteriana,
la que sin saber bosquejar
intenta modelar en papel,
relatos de épocas pasadas.
Nive