Noto en tu atisbo impertinente el deseo.
Sé que me miras y tu mente se desborda.
Parado frente a mí me incitas a tu anhelo,
mi cuerpo, exaltado y alocado reacciona,
y me entrego sin resistencia a tu anhelo,
Invitándome a participar de tu destreza,
te sumerges en el más antiguo de los juegos
Mi voluntad se rinde pérdida en tu osadía,
y caigo en la descompostura del desafío.
Saboreando nuestros cuerpos sin mesura.
Nive