Otra versión del segundo terceto (posiblemente la original):
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
Mi madre tuve entre ásperas montañ… Si inútil con la edad soy seco leñ… Mi sombra fue regalo a más de un s… Supliendo al jornalero sus cabañas… Del viento desprecié sonoras sañas…
Señor don Juan, pues con la fiebr… Se calienta la sangre desmayada, Y por la mucha edad, desabrigada Tiembla, no pulsa entre la arteria… Pues que de nieve están las cumbre…