Otra versión del segundo terceto (posiblemente la original):
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
Un Godo, que una cueva en la Mont… Guardó, pudo cobrar las dos Casti… Del Betis y Genil las dos orillas… Los Herederos de tan grande hazañ… A Navarra te dio justicia y maña;
Señor don Juan, pues con la fiebr… Se calienta la sangre desmayada, Y por la mucha edad, desabrigada Tiembla, no pulsa entre la arteria… Pues que de nieve están las cumbre…