Afílame las alas, afilador de rued… No tienes alas; lo creíste acaso p… Afílame la espada, afilador del si… ¿Y dónde está tu espada? No la ti… Afílame la pluma, afilador del pie…

Todos los días, al obscurecer, ella sale a encender su lámpara para alumbrar el camino solitario. Es aquel un camino que nadie cruza nunca, perdido entre las sombras de la noche y a ple...

Toda la vida estaba en tus pálidos labios... Toda la noche estaba en mi trémulo vaso... Y yo cerca de ti,

¡Cómo se ha llenado de ti la soled… La soledad me huele a ti como si e… ¡Cómo está llena de ti la soledad,…

Señor mío: Tú me diste estos ojos… Rey jurado de mi primera fe: Tú m… Dulzura de mi ardua dulzura: Tú m… Soplo de mi barro: Tú me diste es…

Sólo clavándose en la sombra, chup… de la sombra, se logra hacer para… Grato es el aire, grata la luz; pe… y el que no ponga el alma de raíz,…

En la lluviosa tarde del otoño vam… El viento hace volar las verdes ca… Qué viento tan crudo el de este ot… Los muertos deben tener frío... Pero yo tengo la primavera. ¡Toda…

Rodeada de mar por todas partes, soy isla asida al tallo de los vie… Nadie escucha mi voz, si rezo o gr… Puedo volar o hundirme... Puedo,… morder mi cola en signo de Infinit…

Quiere el Amor Feliz –el que se p… poco...– arrancar un verso al alma… ¿Cuándo la miel necesitó dulzura? ¿Quién esencia de pomo echa en la… Quédese en hojarasca temblorosa

–¿Adonde vas cantando? –A subir por el arco iris... –Es curvo el arco iris, y cuando l… –¿Adonde vas llorando? –A perderme en el viento.

Al atardecer iré con mi cántaro azul al río, para recoger la última sombra del paisaje mío. Al atardecer el agua