La transparente luz del mediodía filtraba por los bordes paralelos de la ventana, y el contorno de lo… frutos –o el de tu piel– resplande… El sopor de la siesta: lejanía

Ya lo ves, de aquella brasa cuyo ardor te calcinó, saciado, sólo quedó dispersa ceniza escasa. Muda inconstancia que abraza

1. wax wing No hay silencio sino cuando el Otro habla

Entrando en ti, cabeza con cabeza, pelo con pelo, boca contra boca: el aire que respiras –la fijeza del recuerdo–, respiro y en la poc… luz de la tarde –rayo que no cesa

El émbolo brillante y engrasado embiste jubiloso la ranura y derrama su blanca quemadura más abrasante cuanto más pausado. Un testigo fugaz y disfrazado

Se esforzaba. Su jadeo ante el jardín clausurado era el de un ciervo asustado. La furia –más que el deseo– de penetrar, era el reo

¿Los dioses se fueron, se quedaron, murieron con Beny Moré ellos que con él alucinaban, o habitan aún las orquestas habane…

La letra con sangre entra como el amor. Mas no dura en el cuerpo la escritura, ni con esa herida encuentra paz el amante. Se adentra

El paso no, del Dios, sino la hue… escrita entre las líneas de la pie… verdinegra y porosa. Aún la hiedra retiene las pisadas, aún destella de su cuerpo el contorno sobre roj…

La raya negra y el batello, el monte siamo tutti, el barco blanco sobre el agua blan… y la fijeza de los pájaros sobre la Salute.

Corta, Changó con tu espada el alcohol, y haz que ese río crecido, no bien vacío, vuelva a su cauce y, saciada tanta sed, halle morada

El sueño no: la pérdida. El blanco roedor, que ciega. Pierdo pie. Todo es compuerta.