Poemas sin nombre: LXIV, por Dulce María Loynaz

Dulce María Loynaz

Poemas sin nombre: LXIV

De amar mucho tienes la palabra que persuade, la mirada que vende y que turba...

De amar mucho dejas amor en torno tuyo, y el que pasa cerca y se huele el perfume en el pecho, viene a creer que tiene la rosa dentro...

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Preferido o celebrado por...

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En el acuarium

Espejo de pacíficos y atlánticos pequeño mar dormido entre cristale… un palpitar de peces marca el ritm… de tu respiración... Burbujas de a… suben de las raíces de tu sueño,

A la del amor más triste

Tú, que amas un amor fantasma y que das un nombre a la niebla, a la ceniza de los sueños... Tú, que te doblas sobre ti misma como el sauce se dobla

Diálogo

Están cayendo las estrellas... —¿Qué estás diciendo, hermano? Son estrellas fugaces. —¡Están cayendo estrellas!... —Qué pensamiento extraño...

Poemas sin nombre: CXIX

Si el hombre perdiera los pájaros del aire, los poetas inventarían nuevos pájaros, sacarían perlas al surtidor, sangre a la música, para imitar el canto fenecido. Si el hombre perdiera ...

Poemas sin nombre: CXVIII

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Poemas sin nombre: L

¡Cómo se ha llenado de ti la soled… La soledad me huele a ti como si e… ¡Cómo está llena de ti la soledad,…

Poemas sin nombre: LII

Yo tengo un mar de olas tempestuos… Yo tengo una selva sin sol y sin l… Yo tengo el oro y el hierro; tengo… Tú tienes la mirada de tus ojos...

Poemas sin nombre: XLVII

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Poemas sin nombre: XVII

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Divagación

Si yo no hubiera sido..., ¿qué ser… en mi lugar? ¿Más lirios o más ros… O chorros de agua o gris de serran… o pedazos de niebla o mudas rocas. De alguna de esas cosas—la más frí…

Poemas sin nombre: CVIII

La tierra era seca y triste. El Poeta tuvo que ararla siete años para lograr esposa fea, y otros siete para lograr esposa bella. Pero la fea le dió hijos que no merecieron su amor, y la...

Poemas sin nombre: XXXVII

Ayer me bañé en el río. El agua e… El agua estaba fría; chocaba contr… Y mientras todo el río iba pasando…

Poemas sin nombre: LXIII

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La hija pródiga

¿Qué me queda por dar, dada mi vid… Si semilla, aventada a otro surco, si linfa, derramada en todo suelo, si llama, en todo tenebrario ardid… ¿Qué me queda por dar, dada mi mue…

Quiéreme entera

Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra... si me quieres, quiéreme negra y blanca. Y gris, y verde, y rubia… quiéreme día,

Dulce María Loynaz