Escribo, sin saber porqué, pero persisto y escribo, con el pie presto al estribo de ese imperioso corcel que va emborronando el papel
Líbrame del envidioso del pelusero egoísta del avaro egocentrista del resentido receloso del insaciable codicioso
¿Quieres comer calabaza? tendrás que sembrar semillas, mucho antes labrar la arcilla, estercolar bien la haza, asumir las amenazas,
Con el vaiven de las olas meciéndose en lontananza, absorto pasa las horas, así recobra esperanzas, como avezado serviola
¡¡Ay..azahares de Sevilla..!! blanco emblema exuberante, odorífico, fragante. Esencia de flor albilla, un perfume que escantilla
En los vórtices del viento prendidos van los suspiros de amores que nacen muertos al no ser correspondidos. Jábega ajada y salobre
La acción puede ser atroz siendo la intención pura y la palabra muy dura aunque dulce sea la voz. Ya está sufriendo temor
Es la cúspide del concepto, puede que el primer principio gerundivo participio, origen de los preceptos, es el futuro intercepto
Para usarla a provecho y convenien… ¡Quien tuviera memoria selectiva.… zafarse así de infulas nocivas, anestesiando la razón y la conscie… y ser capaz de trocar las inclemen…
Tenaz la abeja bajo un sol abrasador sigue haciendo miel ágil y eficaz da vida a la colmena
A nuestros egos insaciables les hace falta un escarmiento tal vez un nuevo ordenamiento que incluya menos variables. En esta sociedad insociable,
Es frágil el nexo de unión, —abundo con abundancia, y valga la redundancia–, entre orador y oración, entre prédica y adjuración.
¡Ya no nos quedan caminos! Con la cordura enclaustrada, la voluntad cercenada, un pensamiento mezquino torna el semblante cetrino.
Tras el monte de la vuelta, laderas de Tacoronte, el vetusto y arcano sol al lubrican sumergido liba el brumoso horizonte.
Disipados como niebla mis sueños con la alborada mueren, todo queda en nada mi cuerpo se encoge y tiembla. ¿cuándo la esperanza rebla,