Siempre hay tiempo, nos decimos,
pero lento va pasando
la pasión se va apagando
y aquel sueño... no cumplimos.
Aún con precinto de garantía
y el envoltorio de la ilusión,
guardados en el corazón
—con gozo y algarabía—
esperan cumplirse un día,
mis sueños de juventud.
No pudieron ver la luz
cuando el cuerpo era lozano
y hoy son arena en mis manos,
una quimérica inquietud.