Hermana
imagino que estás de vacaciones hace meses en algún lugar hermoso
con arenas blancas y palmeras altas
fumándote un mentolado en la reposera y diciéndome
vení, pasándote la lengua
por los dientes limpios
como diciendo: vení, mirame
a los ojos
démonos la mano y
acostate al lado
mío
simplemente durmamos
Mientras brillás reflejando en tu cara un sol abrasador,
despampanante centellando, yo
con ojos entrecerrados
sigo tu blanda escurridiza figura, y atónita
soy un perro que babea, yo
que opero
alrededor tuyo
con absoluta admiración y distancia
Latiendo en lo hondo
sacudiéndose
en una lata, encuentro
el llanto ahogado bajo agua
elipsis distorsionada
que el tiempo llamaría más tarde a contemplar
Amar y besar y llorar, como si
frente al ardor
incipiente escupieras por la boca fragmentos
que expandan y alcen
en cenizas una respiración entrecortada,
tu pausado
reír y la boca abierta
en intervalos
eco eterno u amplísima orquesta
inspirabas terror en mí
y la impresión de un dolor absoluto
y la vida
que era de lo más bello en tu mano
aunque breve o fugaz
nuestra fiesta fue transitoria y nuestro
festín
absurdo y contingente
festín
pero la muerte es
hasta el día de hoy burda canción sin límite
Y al borde del vacío
clavé con fuerza los talones. Con los
ojos fijos en la noche
contra la cual tu blanca nuca
recortaba ahí
Una sombra plana
mi muñeca de papel
deslizándose en la brisa helada
no pretendía rescatarte, yo
que solo pude saludarte sacudiendo las manos
presintiendo
amarga certeza pero alguna al fin
que no volvería a verte
pero
tu latido que aturde siento
expandiéndose como vapor
en la negra sangre
e hirviente galopando en mis oídos
con las manos
me los tapo
Y escribo rápido
tacho
y corro a la vez
no corrijo ni lo haré
y mi sintaxis es un asco ya sé
se me acaba el tiempo, amiga
te quiero y quiero
llorarte en impecables tercetos pero no puedo
Y en ese silencio no queda más
que el orden absoluto—el vuelo indeseado
de mi princesa de papel articulada,
en cuyo pecho escribiría ya mañana
nuevos versos que avanzaran
sin miedo
y con un nuevo ritmo corrosivo
y con otros nuevos besos míos
mi hermana
hermana
mía princesa
te beso por siempre y es que un canto indolente
dedicado
a la muerte
nunca podrá
al final
llegar