No puedo olvidar muchas cosas
Entre ellas, que nunca te vi llorar
Es que la última vez que te vi
fue el día de una fatal culminación:
pecado
tu pesado cuerpo
se mece sobre mí como una pesadilla de horas y horas
Las venas de tu cuello eran azules,
tu pecho tan cóncavo y con las manos
recostadas un vestido blanco en el cual no te debieron haber colocado, no
lo hubieras detestado tanto
tendría que haber sido violeta, muy violeta
violeta con plateado
Tus párpados translúcidos y venosos
descansan del trote agitado de la hora culmine
sobre un escote de encaje blanco. Antes de este momento no creo
que siquiera te hubieras imaginado
que podría estar escribiendo sobre vos un jueves aleatorio de cualquier día de mi vida
aunque siempre
compartimos una especie de angustia constitutiva, un temor
a la pérdida y al olvido
ambas pecamos en distintos modos por añorar
cierto transcendentalismo
¿Y qué es todo esto, entonces,
qué importa
lo que se esfumará luego del instante del tacto?
Tu cuerpo, como todo lo demás, será
un recuerdo grotesco del que no podré escapar
Siempre quiero ir a leerte el mismo poema
no puedo
la verdad es que lo leo en silencio patética sola
y lloro
es que suelen dejar una fuerte impresión en mi memoria
todas las cosas a las que no encuentro explicación
o que dan la impresión de haber quedado por la mitad
I wish you were here, querida
con los ojos negros bien abiertos
con tus uñas rosadas chillonas
brillando como una luna de verano
besándome a mí o besando a cualquiera
te prometo
que no me importará nunca jamás