Volviste a mi...
Como vuelven las olas a la costa, arrastrando tesoros traídos desde el fondo oscuro
y basura,
que flota en la superficie.
Volviste a mi...
Como vuelven cada año las estaciones,
la misma estructura,
en el mismo orden.
Yo emanando
el más sofocante calor,
y de tu interior
el frío inmutable de tu corazón.
Y así como la muerte, implacablemente,
le sigue a la vida,
te volviste a ir,
sin mirar atrás... Sin decir adiós.
Moraleja: Nadie puede dar lo que no tiene, sin importar cuánto tiempo esperes.